domingo, 3 de abril de 2016

El Camino de los caballos II- Cuando el Caballo se nos muestra como quien es


El Mundo de los Caballos es tan esplendoroso, tan bonito (y fantasioso). Somos todos tan buenos y amorosos, ¿no deberíamos, los que amamos y cuidamos de ellos, sumar voces por los caballos? pero, ¿basta con eso ? 
Para quien desea ver a los caballos como realmente son, para quien quiere que su caballo se muestre como es, único e irrepetible tal vez no alcancen los consejos genéricos repetidos por la domas que consideran al caballo como un sujeto subordinado a las características generales de la especie.
Un panorama nuevo de la situación respecto de la forma de relacionarnos con nuestro caballo se despliega hoy día ante nosotros y es por eso que cada vez intento ser más claro.

Una nueva relación con los caballos

"Para no hacer de mi ícono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares.
Me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda." S. Rodriguez


Lo siento por esas almas susceptibles a quienes mis torpes palabras conmocionan, pero la relación que intento describir no es fácil y no puedo sumarme al discurso de que todo es bonito y suma. No intento venderles una metodología, ni mi libro o ir al ranking de los horsemens más populares. Por lo general estamos acostumbrados a dar muchas cosas por sentado y esto me lleva siempre tener que señalar y discriminar qué cosas No son lo que propongo o qué modo No es el que describo. Así pues, lo que digo termina entendiéndose como una simple critica o una denuncia de algo que está mal, sin propuesta de “solución” o alternativa de mi parte.
¿No violencia o sólo no me golpees ? 


Lo bueno de los nuevos métodos de amanse es que demostraron que no todo tiene que ser violento físicamente con los caballos, como ocurría antiguamente durante las sesiones de doma en que se busca quebrantar al caballo ( en inglés se le llamaba así, to break -que significa textualmente quebrar- a horse).
Los caballos son seres sociales, sensibles, inteligentes y tienen emociones y, al igual que con las personas, siempre hay otras alternativas menos violentas. No hay necesidad de andar a los golpes y los tirones para tener el control o lograr que hagan lo que uno quiere. La cuestión relevante sería entonces responder con sinceridad a la pregunta ¿Qué es lo que quiero de mi caballo? Se que a muchos se le llenará la imaginación de escenas de películas sobre una relación profunda y armoniosa, llena de amor y comunicación mutuos.

Todos saben que muchas veces he llamado la atención sobre la clara (aunque para algunos no sea tan obvia) contradicción entre “las filosofías” o bondades que proclaman las domas no violentas, también llamadas naturales y sus metodologías prácticas. Sé, sin embargo, que para muchas personas son el comienzo de un camino hacia otro tipo de prácticas ecuestres menos violentas, y que representan entonces, un menor riesgo de daño físico en el entrenamiento de los caballos. Definitivamente eso es un “progreso" en las relaciones caballo hombre. Aun así, no estoy de acuerdo con que se las considere más justas, más naturales, sanas o respetuosas del caballo como individuo, ni que estas, nos puedan aproximar a la comprensión diferente y necesaria para el conocimiento y el aspecto del caballo que quiero mostrarles. Es cierto que yo en el pasado, he incursionado en estas prácticas y enseñado estas metodologías, es por eso que insisto en que no es una variación de lo mismo sino algo básicamente distinto. Algo que tiene ver en principio, mucho más con no hacer lo que estamos acostumbrados a hacer con los caballos, que debemos permitir que ocurra para entenderlo y experimentarlo y que, si tenemos un conocimiento de equitación, requiere de fuertes dosis de cambio y comprensión de nuestra parte.

La manera en que nos relacionemos con un caballo va a determinar su modo de actuar, sus expresiones, las manifestaciones de comportamiento, afecto, confianza, y sus características personales manifiestas o aparentes como temperamento, personalidad y carácter. Aun así, lo que se vea va a variar desde la verdadera manifestación de ese individuo integro y único que es cada caballo libre en realidad, hasta la respuesta adaptativa de ese ser que hemos estado manipulando por siempre.
De la misma manera que con los humanos, con otros mamíferos sociales como el perro o el caballo incluidos, dentro del vinculo pueden comenzar a jugar otros ingredientes más sutiles y violentamente menos visibles que atentan contra la verdadera conexión, el amor o respeto real entre dos seres : la desaprobación, la indiferencia, la amenaza sutil, la descalificación, el soborno, el chantaje emocional, la incomodidad, el condicionamiento. Recuerda, el control último en definitiva es tuyo, pues ellos dependen de ti, creen necesitarte o les has enseñado que no tienen otras opciones. Eres quien está a cargo, todo comienza y termina solo cuando tu quieres y no necesitas recordarles eso, pues lo han vivido a diario desde que están con los humanos.





Claro que no es fácil mantenerse fuera de todo eso pues la mayoría de nosotros ya nos acostumbramos a vivir en la violencia y el control, es ahí donde los caballos pueden ayudarnos a re encontrar el camino. El tema es que estamos hablando de algo tan elusivo como la libertad, el amor o mismo el respeto. Si liberas a tu caballo ( sin excusas) y le das tiempo, comprensión, espacio, cuidados, por unos años él va a ser quien te muestre y te enseñe. ¿Qué es lo que vas a ver? Entre otras cosas un caballo, interactuando y conectándose con un ser humano, como quien realmente es. Muchos somos los que ya lo hemos experimentado en nuestras vidas y la relación con los caballos y tratamos de describirlo en nuestros escritos y libros ( Stormy May, Michael Bevilacqua, Ren Hurst, entre otros) es así que insistimos en que esto difiere de un tipo de entrenamiento en libertad, cualquiera sea el nombre que tenga este.
Al caballo, como la mayoría de los animales ( y estoy seguro de que también sucedería con los niños), cuando realmente se les permite tener un estado mentalmente libre, dónde son capaces de ser lo que ellos son, en el sentido más amplio - sin miedo de ser herido o abandonado, sin condicionamientos, ni manipulación psicológica, sin "educación" - se convierte en algo ( lo que se manifiesta se convierte en algo , ellos en alguien, claro está ) totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados. 
Quienes quieran conocer el verdadero espíritu de los caballos, deberían probarlo. 
Todos tenemos deseos y muy pocos estamos dispuestos a satisfacerlos a costa del sufrimiento, la incomodidad, o la desgracia de otro. Creo que esa es nuestra gran responsabilidad como personas conscientes y respetuosas de los caballos. Pero hay tanto ruido, tantas justificaciones, miedo, e intereses ajenos confundiéndonos. Sólo necesitamos tener la valentía de intentar el camino (sin garantías, claro está) de la libertad, el respeto y el amor.”


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