Existe un imaginario
alrededor de la relación indio / caballo. Este imaginario esta
compuesto por algunas partes de realidad y otras de imaginación,
presunción, romanticismo, etc
El cine y las novelas han
ido reforzando por su parte esta historia con sesgos de realidad. Ya
he hablado en varias ocasiones de qué tratan estas técnicas y
metodologías, sencillas y algo rudimentarias, pero bastante
efectivas en los caballos por su violencia racionada/ racionalizada.
Llegado hasta aquí voy a
ir más profundo en mi análisis y diferenciar algunos elementos en
tres temas: lo que llamo “la mística”, las metodologías reales
y las diferencias fundamentales.
El tema : la relación
indio/ caballo, se puede entender a partir de los dos últimos
elementos ( metodología y fundamentos )
“La mística”
A partir de distintos
agregados del cine y las novelas, la antigua relación caballo/indio
sufrió algún tipo de deformación ( enriquecimiento, si se quiere)
o romantización, muy parecido a lo ocurrío con la idea de los
caballeros medievales y sus caballos, los beduinos y sus caballos
árabes y otros “iconos” ecuestres alcanzados por el cine. Esto
es comprensible pues como dice H.L.
Mencken “ Es
de naturaleza humana rechazar lo
verdadero pero desagradable y abrazar lo obviamente falso pero
reconfortante”. De ahí, la tendencia
a exagerar un poco las virtudes o amenizar las rispideces, si se
espera tener éxito con una novela o una película, conseguirá ser
aceptada con más facilidad por el publico general, pero más aun por
quienes estén directamente involucrados.
Debido a las
características violentas propias de la actividad ecuestre, las
fantasías y romatizaciones son muy corrientes en el ambiente, pues
pocos son los que soportarían observar la realidad sin esta lente
color de rosa. Aun así, la moda es la moda y un elemento importante
en el Mercado, hace ya tiempo que los indios han dejado el papel de
malo en la películas para convertirse en co-protagonistas con una
mística propia.
El fenómeno que hoy
llamamos doma indigena, amanse, doma india o que en norte América y
Europa se suele llamar Whispering1,
cuenta con elementos tanto de leyenda como comerciales. De todas
maneras lo que quiero exponer es que la relación indio/ caballo sí
tiene cosas que merecen nuestra atención y de las cuales deberíamos
hacernos eco. Lamentablemente no solemos notarlas debido a esta
situación fantasiosa que se ha generado y que le sienta muy bien
como promoción a quien dice haber incorporado en su método lo
aprendido de los indios.
La metodología y
técnicas indias
No existen datos
concretos, ni de primera mano sobre los métodos utilizados por los
indios. No hay registros escritos por ellos, ni tampoco por
observadores. En ese respecto sólo podremos encontrar historias o
anécdotas sobre los resultados que estos alcanzaban. Sobre todo de
los resultados que llamaban la atención a los viajeros o cronistas
de la época, pero ninguna data detallada o registro sobre la
metodología.
Podemos inferir, a partir
de los distintos relatos de viajeros o estudiosos, que las
metodologías de sometimiento indias eran alcanzadas más bien por
habituación, que por quebrantamiento.
La creencia de que los
indios eran más propensos a meter sus caballos en el agua para luego
subirse; los relatos de la convivencia en las tolderías del animal
elegido por el indio con toda su familia - como cuenta el Gral.
Mansilla; u otros recursos relatados por diferentes cronistas, fueron
siempre parte del saber popular sobre indios y caballos de estas
latitudes. El mismo José Hernandez, en su libro Martín Fierro dice.
Con
prolijidad lo amansa
Sin dejarlo
corcoviar”.
"Pa
quitarle las cosquillas
Con cuidao lo
manosea;
Horas enteras
emplea,
Y por fin
solo lo deja
Cuando agacha
las orejas
Y ya el potro
ni cocea”.
"Jamás
le sacude un golpe,
Porque lo
trata al bagual
Con pacencia
sin igual
Al domarlo no
le pega,
Hasta que al
fin se le entrega
Ya dócil el
animal”.
En norteamérica ocurría
otro tanto, la falta de registro y un sin número de historias y relatos,
sobre todo de los grupos pertenecientes al
llamado Horse-complex2 (complejo
equino) Indios Siux, Lacota, Cheyene y otros. En resumen no
hay fuentes o bases fidedignas como para hacer un recuento explicado
de las técnicas indígenas.
Por otro lado hoy día podemos encontrar numerosas personas que hacen referencia a las técnicas que los indios usaban y alegan haberlas incluido en su metodología.
Por otro lado hoy día podemos encontrar numerosas personas que hacen referencia a las técnicas que los indios usaban y alegan haberlas incluido en su metodología.
Sin entrar en detalle de
preguntarnos cómo estas personas dieron con esas técnicas o sobre
la veracidad de las mismas, podemos, de todas formas, hacer una pequeña
incursión en ellas. Si nada se conoce sobre el knowhow de los
indios, no perderemos nada, pero enriqueceremos nuestro análisis, en
caso de ser cierto lo que hacen los
modernos herederos de los domadores indios3
Enunciaré aquí algunas
técnicas que distintos horsemen y domadores dicen haber rescatado o
aprendido de los indios.
Atar al caballo: Se
enlazan sus patas, manos, y/o cabeza, para voltearlo y una vez
inmovilizado en el piso se acuestan encima del animal o realizan
"pruebas" similares
Encerrarlo en lugares
pequeños para manosearlo: Se encierra al caballo en jaulas, bretes,
mangas, o corrales pequeños para inmovilizarlo y se aprovecha para
poder tocarlo o colocarle un bozal o una soga al cuello que lo haría
más susceptible de ser controlado.
El uso del agua: 1. Se
conduce al caballo dentro del agua hasta por encima del vientre para
montarse encima. 2. Se le arrojan baldazos de agua mientras esta encerrado o mientras se lo sujeta con una soga ( lo mismo puede ser
hecho con una manguera).
Roundpening: Se encierra
al caballo en un corral circular y se lo obliga a correr en círculos
hasta cansarlo por stress físico, psíquico, o ambos.
Desbordamiento: Esto puede
realizarse de muchas maneras. Se produce cuando se le impone al
caballo un estímulo ( generalmente uno que le produce miedo o
rechazo, - estimulo aversivo-) hasta “rebasar” las capacidades
del caballo de resistir y reaccionar a ese estímulo.
Conducción o control a
través de cabezadas o bocados no metálicos como bozales de hilo,
bocados de cuero o cuerdas – por ej: los llamados wican entre los
Siux: Estos se atan en las partes más sensibles de la cara o la mandíbula
del animal de manera de poder producir con ellos un dolor (entre
fuerte y moderado) que permita el control a partir de riendas o sogas
amarradas a estos adminículos.
Las diferencias
fundamentales.
Voy a ir directo a mi
punto:
1. Entender por qué la
relación indio/ caballo fue, en esencia, algo distinta a la del
blanco ( europeo o de cualquier otro continente ) es desde muchos
puntos de vista más valioso que conocer sus técnicas, ya que estas,
como todas la técnicas antiguas, también estuvieron imbuidas del
“salvajismo” y el trato violento de cada época/cultura, a pesar
del romanticismo con que el cine las ha barnizado. Su análisis encierra
un tema que no sólo involucra al caballo y nuestro interés por someterlo, si no que nos lleva
indefectiblemente a la necesidad de comprender la visión que
tuvieron nuestros paisanos, los indios, sobre la naturaleza.
2. Las técnicas y
recursos violentos enumerados son “comprensibles” en el marco histórico
apropiado. Pero se hacen incomprensibles/ intolerables hoy día, en
la búsqueda de una relación respetuosa, y durante el trabajo de
educación de un caballo; donde ese don de participación y
obediencia que el caballo es capaz de dar, debe sernos dado
voluntariamente, como un regalo. Solo así podemos llamar amistosa o
respetuosa a la relación sin caer en eufemismos.
Al rescate de la manera
de los “salvajes”
Hoy, el tema del deterioro
del medio ambiente, del calentamiento global, de cómo
nuestra civilización está
acabando con los recursos, de la cultura del consumo, está tan en
vigencia, que revalidar el
acercamiento de nuestros paisanos, los indios, al medio ambiente,
como un ejemplo de la
riqueza de su saber, es otra de las cuentas pendientes que tenemos
con la historia y las
raíces del patrimonio indígena, mosaico cultural de esta parte del
continente. Y, tal vez,
nos lleve a reflexionar sobre nuestros caminos de relación con la
naturaleza, los caballos y
otros animales en general.
Algunas pautas para
entender lo verdaderamente “diferente” de la actitud del indio
hacia el caballo son:
1. La intima
identificación con el universo natural/ animal.
"La zoomimesis es algo
que siempre ha pertenecido a lo humano, principalmente a nuestras
facetas más arcaicas y tribales. Podemos pensar en miles de culturas
indígenas de todo el mundo, que han hecho de la mimesis un lugar de
culto y celebración en lo que respecta a la naturaleza y la
Otredad .
“En el acercamiento
zooantropológico usamos la zoomimesis para contaminarnos con el
animal en un modo dialógico, expandiendo ( ampliando ) al mismo
tiempo, nuestra percepción , nuestras emociones y nuestro (
conocimiento) cognición, y viviendo junto al animal muchas
experiencias relacionales cognitivas.” del Giorgio
2. El Pacto animal
Dentro de las culturas
cazadoras, tanto las antiguas como las que aun permanecen en algunos
rincones de la tierra suele hallarse una creencia particular que se
repite con distintas formas, nombres o escenarios. Esta es llamada
por los estudiosos el Pacto animal. Sea cual sea la veracidad que le
atribuyamos a las historias que pueblan las creencias de nuestra
cultura u otras , como por ejemplo los indios de las praderas,
esquimales, Puelches, etc. , etnógrafos , antropólogos, estudiosos y compiladores de mitos y leyendas han encontrado una y
otra vez esta historia que relata el acuerdo entre los hombres y los
animales. Este pacto con la naturaleza es un acuerdo de respeto mutuo, que puede verse en varias versiones antiguas y modernas, solo tenemos
que recorrer las leyendas y mitologías con ojo despierto para
encontrarlo. La danza del Bisonte, La leyenda del cocotero, las
modernas historias en el cine Pocahontas, de Disney o Avatar, de
Cameron.
Una historia, ( la misma
en esencia, pero con distintos personajes y escenarios en cada época
y cultura) que relata cómo, a través de un pacto entre el hombre y la
naturaleza (representada por algún animal, planta o ser misterioso y
místico), esa cultura en particular, acepta su lugar en la trama del
ciclo de la vida, en el mundo natural. El pacto es simple, la
naturaleza le permite al hombre alimentarse y, a cambio, el hombre debe
respetarla y permitir que esta se perpetue. Dentro de las culturas
cazadoras, el animal en cuestión se "dejará cazar" para alimentar al pueblo hambriento a cambio de que los hombres con su “magia”, (
con su danza, en el caso del Bisonte por ejemplo) lo hagan revivir. Dentro de
las culturas recolectoras y agrícolas, el hombre maiz o el muchacho
cocotero, luego de enseñar a los hombres ciertos conocimientos y
rituales, deben ser desmembrados y enterrados y la tierra alimentada
para poder renacer y dar frutos en forma de palmera, espiga, etc.
"cuando nuestros
primeros antepasados se contaban historias sobre los animales que
mataban para comer, y sobre el mundo sobrenatural al que los animales
parecían ir cuando morían. «Allá afuera, a lo lejos», más allá
de la llanura invisible de la existencia, estaba el «señor de los
animales», que tenía poder sobre la vida y la muerte de los seres
humanos: si él dejaba de mandar más animales para que volvieran a
ser sacrificados, los cazadores y sus familias morirían de hambre.
Así fue como las primitivas sociedades supieron que «la esencia de
la vida está en que se vive matando y devorando; ése es el gran
misterio sobre el que tratan los mitos». La caza se convirtió en un
ritual de sacrificio, y los cazadores, a su vez, realizaron actos de
expiación para con los espíritus de los animales, con la esperanza
de convencerlos de que volvieran para ser sacrificados otra vez. Los
animales eran considerados enviados de ese otro mundo, y Campbell
aventuró «un acuerdo mágico y maravilloso» entre el cazador y la
presa, como si ambos participaran de un ciclo «místico e
intemporal» de muerte, entierro y resurrección.
Cuando estos primeros
pueblos pasaron de la caza a la agricultura, cambiaron las historias
que contaban para interpretar los misterios de la vida. Ahora fue la
semilla la que ocupó el lugar como símbolo mágico del ciclo sin
fin. La planta moría, y era enterrada, y su semilla volvía a nacer.
A Campbell le fascinaba el modo en que este símbolo era retomado por
las grandes religiones del mundo como la revelación de la verdad
eterna: que la vida proviene de la muerte o, en sus palabras, «del
sacrificio, la bienaventuranza»." Bill Moyers, en el prólogo de "El
poder del Mito" de Joseph Campbell
Este pacto deviene del
reconocimiento del otro, del respeto mutuo, del reconocimiento de la otredad como algo con los mismos derechos que nosotros a vivir. Pero también del reconocimiento ( de la aceptación ) de la verdad
ineludible del ciclo biológico: la vida vive de vidas. Todos somos
lo mismo, para las culturas cazadoras, animal y hombre son iguales.
Uno, no es inferior o superior al otro. La vida se manifiesta. Aquí,
con esta forma , allá con otra: yo y el animal que cazo, somos lo
mismo. Luego, ustedes ven la misa actitud en las culturas agrícolas
hacia la planta principal de su sustento. Como el animal para un
cazador, el animal que es el principio animal de esta vida, es el
animal principal, de modo que cuando las plantas crecen, las plantas
principales también son santificadas.
Aquí en America están los mitos de
los indios Pueblo y Huichol en Méjico, contando de los moledores de maíz: En uno de esos mitos, la madre del joven héroe le pide a una que
muela el maíz y a medida que ella lo muele, su propio brazo
desaparece. Y ella desaparece. Ella se muele a sí misma. Toda
nuestra vida está sustentada por el misterio de la vida y todas las
cosas que comemos, sean vegetal o animal, es la vida que se nos da a nosotros: esa vida, será tu propio ser, será tu propia sustancia.
En la tierra: Ser o
Tener
-¿Cómo se llama?
-Me llamo Kalfuqueo y
tengo noventaiun años, según dicen.
- Y usted, ¿qué dice?
- Yo digo que tengo los
años de la tierra, porque el mapuche forma parte del paisaje.
Naturaleza y hombre es
uno y a la vez distinto. Pero, ¿por qué pregunta cosas que sabe?
-Porque le quiero hacer
un reportaje y mucha gente lo puede leer y escuchar sus palabras y
conocernos más.
Nahuel Maciel “Dos
oídos y una lengua”, reportaje- en su propia lengua- al mapuche a
Kalfuqueo4
El indio era y se sentía
parte de la naturaleza, de este universo de poderes naturales
y, conviviendo en armonía
con ella, tomó al caballo como un regalo de la Tierra y lo recibió
como todo lo que la tierra o el cielo le daban, lo compartió y lo
respetó como otras bondades y dones del universo y lo incluyó
en su cosmología,
El indio era cazador, pero
la cosmovisión de los pueblos originarios era muy distinta a la del
cazador “civilizado” o la del hombre moderno.
La actitud del indio hacia
a sus presas, que eran para ellos entidades de poder y aceptaban
voluntariamente ser
cazados, exigía una continua disposición de respeto: no había
explotación posible, sólo
un pedido de ayuda a los animales para poder congraciarse con ellos,
que se dejen atrapar y así poder sobrevivir.
Al principio, el caballo
fue presa, pero ante la posibilidad de compenetrarse con ese
poder, esa velocidad, esa
fuerza, no sólo lo cazó por la carne, sino por su potencia y sus
dones, lo ritualizó,
bebió su sangre en busca de esa energía, de esa comunión. Fue así
aprendiendo su
comportamiento, su naturaleza, al encuentro de ese espíritu y para
imitar su
poderío. Admirándolo, lo
respetó y lo fue conociendo. Así, comenzó la relación caballo-
indio. La idea no fue
quebrantar ese poder, sino pedirlo, ganarlo, incluirlo, merecerlo,
pues
sabía que no había otra
manera. Todo lo que el caballo tenía y era, lo podía dar y enseñar,
compartir. Su conexión no fue materialista: fue espiritual. Fue esa
característica, que trascendió en su trato con el caballo como
compañero, que produjo esa comunión tan especial y única. Esta
asociación con el caballo le traía beneficios y comodidad.
Conclusión
La mímesis, el “pacto
animal” han sido siempre los modos del cazador recolector, del
hombre no conquistador, no domesticado; del desposeído, de quien no
quiere poseer para si los tesoros de la tierra, los animales o los
árboles del bosque. Muy lejana está ahora la psiquis del hombre
moderno de este estado, sea cual sea su tribu o su ascendencia.
El simple hecho de haber
perdido el "lado salvaje", nos expulsa automáticamente del
"edén", de la eternidad, del eterno presente del animal,
del lobotomizado o del idiota. Lejos estamos de los días en que
nuestros hermanos originarios, nuestros ancestros, los primitivos,
poseían el secreto de la lengua de las tribus animales.
En lo personal las
prácticas ecuestres de mis comienzos fueron las de la doma india (
de argentina). Con el tiempo llegué a darme cuenta qué era lo que
yo buscaba, o para decirlo de manera inequívoca, qué era lo que yo
esperaba encontrar. Mi conocimiento de la visión del hombre
primitivo, teñido del romanticismo con que uno suele a veces
envolver los anhelos o búsquedas personales, estaban obstaculizando
mi acceso directo a la experiencia. Las justificaciones , ya no me
ayudaban. Tuve que enfrentar la realidad: No tenía en su aura, en su
esencia el caballo, destino de binomio, de centauro, menos de
servidumbre. La doma india era simple mente eso, más dominio, más
dominación.
Nuestros paisanos, los
indios, podrían haber reclamado, en su salvajismo – en su estado
“salvaje” y por esto más cercano a “lo natural”-, algo de
ese derecho de dominio del caballo para sí mismos. Junto al “tabu”
de estar obligados a tratar al caballo como a un igual (como explique
más arriba).
Lentamente, pero
obstinada, me llegó la certeza de que ese estado de conexión , de
inocencia - lo mismo que el de nuestra niñez, no podía ser revivido
del pasado, de la leyenda o del mito. Que debía ser re alcanzado a
través de nuevos caminos, pues, los viejos puentes habían sido ya
destruidos por el tiempo
Me perece importante decir
que nosotros, de quererlo, sí tenemos la perspectiva
necesaria para el análisis
y el cambio tan vital - no sólo en relación con los caballos, sino también con la
naturaleza, con el misterio de la vida y el tiempo. Inspirado en las
palabras de este mapuche Kalfuqueo sobre la
historia y la posibilidad de crecer a partir de ella, intento en el
estudio de nuestro patrimonio cultural, el rescate de valores, que
nos pueden ayudar a enmendar el pasado, convirtiéndolo en
un mejor futuro.
Si respetamos a los
caballos, es sólo, darnos cuenta de que no podemos controlar ese
don, que no puede arrebatarse, que tiene que ser dado, que debemos
prepararnos y capacitarnos para recibirlo y no para coaccionarlo. Y
comprender, como en el cuento de la gallina de los huevos de oro, que
al forzarlo, lo perdemos.
Fragmento del Libro Y LE SUSURRÉ AL CABALLO. ( ver libro )
-----------------------------------------------------------------
1 Entre los Lakota, se dice existió un clan llamado Susurradores de caballos ( horse whisperers) dedicados a domar caballos considerados especiales, legados de Wanka tanta. Estos caballos tenían el valor de intercambio 30 o 40 caballos corrientes. Aunque, algunos aseveran que el término horse whisperer hace referencia a John Solomon Rarey
2 - Se denomina así a la transformación producida en las sociedades aborígenes con la llegada del caballo a América. A partir de la adopción del caballo, estas culturas, transformaron su vida y hasta su mitología, incluso algunas de ellas aquí y en Norteamérica, pasaron del cultivo de la tierra a la caza. El caballo fue parte principal de su vida diaria, de su religión, de sus ritos , etc.
3 Podemos en este caso también, separar la veracidad del origen de las técnicas y resaltar la buena intención y la honrosa tarea de reivindicación indígena de algunos de estos renombrados domadores
4 “Dos oídos y una lengua”, entrevista a Kalfuqueo:
...”Sería bueno tener una escuela que enseñe en nuestro idioma, en nuestra costumbre, y
respete nuestros pensamientos, que hable de nuestros problemas, que cuente nuestra historia. Que la
escuela esté organizada por el mapuche, alrededor de nuestro trabajo. Nuestro trabajo no es para uno sino para todos. Una escuela que enseñe a vivir como vive el mapuche y no que nos enseñe a ser peón de estancia o jornalero.
4 “Dos oídos y una lengua”, entrevista a Kalfuqueo:
...”Sería bueno tener una escuela que enseñe en nuestro idioma, en nuestra costumbre, y
respete nuestros pensamientos, que hable de nuestros problemas, que cuente nuestra historia. Que la
escuela esté organizada por el mapuche, alrededor de nuestro trabajo. Nuestro trabajo no es para uno sino para todos. Una escuela que enseñe a vivir como vive el mapuche y no que nos enseñe a ser peón de estancia o jornalero.
- ¿Por qué cree que es importante conocer la historia?
- Porque la historia nunca hay que negarla. Parece que a muchos huincas les da miedo la historia, yo no sé, pero tenerle miedo a la historia es como tenerle miedo al tiempo, al ayer, al hoy, al mañana. Conocer la historia no es vivir como antes, como el pasado antiguo. Conocer la historia es ir para adelante y avanzar hacia el futuro, así me enseñaron mis mayores. Yo tengo muchos pensamientos para hacer mañana o para después de mañana, según el tiempo, y esos pensamientos vienen después de hoy. Yo no le tengo miedo al tiempo, ni al pasado, por eso puedo conocer la historia. La historia es uno con otro, la historia es importante porque habla de uno, de lo bueno y de lo malo de uno. Y así uno va arreglando el fondo de los errores y ya no se vuelve a equivocar en el mismo lugar y con la misma cosa. Los mapuches siempre decimos que cuando una persona se equivoca, lo más importante no es eso, sino que corrija su equivocación.
Así cada día uno es mejor que el día que ya pasó.”
- Porque la historia nunca hay que negarla. Parece que a muchos huincas les da miedo la historia, yo no sé, pero tenerle miedo a la historia es como tenerle miedo al tiempo, al ayer, al hoy, al mañana. Conocer la historia no es vivir como antes, como el pasado antiguo. Conocer la historia es ir para adelante y avanzar hacia el futuro, así me enseñaron mis mayores. Yo tengo muchos pensamientos para hacer mañana o para después de mañana, según el tiempo, y esos pensamientos vienen después de hoy. Yo no le tengo miedo al tiempo, ni al pasado, por eso puedo conocer la historia. La historia es uno con otro, la historia es importante porque habla de uno, de lo bueno y de lo malo de uno. Y así uno va arreglando el fondo de los errores y ya no se vuelve a equivocar en el mismo lugar y con la misma cosa. Los mapuches siempre decimos que cuando una persona se equivoca, lo más importante no es eso, sino que corrija su equivocación.
Así cada día uno es mejor que el día que ya pasó.”
Excelente, gracias.
ResponderEliminarSaco todas mis dudas con respecto a la doma india!!! Gracias David por tanto aporte.
ResponderEliminar